lunes, 8 de febrero de 2016

OLIVENZA FORTIFICADA

          La fortificación abaluartada de Olivenza comienza a construirse en el siglo XVII, nada más comenzar la Guerra de Restauración entre España y Portugal en 1640.

          Las fortificaciones abaluartadas solían tener un trazado regular mas o menos concéntrico, cercando los edificios y barrios más importantes. En Olivenza, los edificios como el Convento de San Francisco, la Ermita de San Blas, y las construcciones en el entorno de la Fuente de la Cuerna, determinaron un trazado alargado hacia el eje norte-sur.

         No obstante se presentaron dos opciones:

        La primera (plano 1) constaba de un trazado regular estrellado con seis baluartes y dos puertas reales protegidas con dos revellines. Esta opción no protegía todo el trazado urbano y se desechó.  


Plano1 de Nicolás de Langres. Año 1661





        La segunda opción (plano 2) por la se opta, presenta una fortificación con un perímetro de nueve baluartes, recogiendo todo el espacio urbano y permitiendo los movimientos rápidos de las tropas entre cuarteles y almacenes de provisiones.



Plano2 de Nicolás de Langres.



          *Es difícil conocer bien la evolución que tuvo la fortificación durante el periodo bélico, pues el archivo municipal desapareció al final de la guerra. No obstante, la documentación obtenida de los distintos acontecimientos bélicos que se registraron, nos pueden dar cierta idea de cómo evolucionó.*

*Tesis de Rosa Mª Sanchez Garcia.Fortificaciones y Edif. Militares de la Plaza de Olivenza.

        Así por ejemplo, se tiene constancia que el Conde de Monterrey en 1641 eligió la Puerta del Calvario al Noroeste, (por la que los oliventinos accedían a labrar sus tierras) para iniciar su ataque a la plaza.

         Se pone  de manifiesto el primer punto débil de la fortificación y se proyecta protegerla con una obra “corna”, especie de hornabeque con contraguardia y revellín. Esta obra no se llega a completar como tal, siendo sustituida por otros elementos, tal y como puede apreciarse en planos posteriores. A su vez la puerta estaba flanqueada por dos baluartes: el de San Juan y de la Cava o de la Reina Gobernadora.


  Obra Corna para proyeger la Puerta del Calvario.





          Cabe decir que estas obras se realizaron inicialmente con tierra y fajina (leña ligera). 

              La otra puerta por la que se accedía a la villa, era la Puerta de San Francisco al Sur, en torno a la fuente del Pilar, que como refleja el plano (opción 2) se protegía con un revellín y la flanqueaban los baluartes de la Cortadura y de San Francisco.




        El resto de la fortificación se completaba con el baluarte de San Pedro al Oeste, los de la Cuerna y Santa Quiteria al Norte, y el del Príncipe o de la Carrera y el de San Blas al Este.
       
        Después de la guerra y tras once años en manos española, la plaza fue devuelta a Portugal.

        *La fortificación seguía en pie con los nueve baluartes, los dos revellines y la obra “corna” de la Puerta del Calvario. Pero el camino cubierto no estaba acabado, las medias lunas de tierra y fajina habían desaparecido, el foso tenía poca altura y la obra “corna” era imperfecta.*
               



Plano de 1663.






       En la primera década del siglo XVIII con la Guerra de Secesión Española la fortificación de Olivenza adopta una forma más segura. Se empieza a construir con piedra y cal y se tienen en cuenta las zonas por donde más fácilmente fue atacada durante la última guerra.

        Con la finalidad de cubrir esas zonas, se añadieron otros  elementos defensivos los cuales quedan reflejados en el plano de 1709. 



Plano de 1709.

          Se refuerza aun más el NO con un “caballero” sobre el baluarte de San Juan que domine el “Otero da Forca” y a su vez proteja la Puerta del Calvario. En este plano, la obra corna anterior parece haber sido sustituida por un revellín solamente.




          Con el fin de proteger las proximidades de la Puerta de San Francisco y el largo tramo de la cortina entre los baluartes adyacentes, se disponen frente a la cara derecha del baluarte de San Francisco, una serie de ángulos cortos con flancos alternativos denominados “dientes de sierra”. 

          También  se construye el Fuerte de San Juan como defensa avanzada de la zona sur. 




   

        Así mismo se abre la Puerta Nova o de Santa Quiteria entre los baluartes del mismo nombre y del Príncipe o de la Carrera, con la finalidad de hacer la fortificación más operativa al este de la plaza. 



         Finalizada esta contienda la fortificación constaba entonces con los 9 baluartes, 7 revellines, 2 plazas de armas, las 3 puertas, el caballero del baluarte de San Juan y el fuerte de San Juan.
   
         La fortificación en 1768 tal y como refleja el plano, presenta los mismos elementos que a principios de siglo. Pueden apreciarse también las construcciones en torno a la Fuente de la Cuerna al norte y al sur en los alrededores de la Puerta de San Francisco.



         En el siglo XIX Fernando de Gabriel deja constancia en un informe de 1802, la situación de la fortificación de la plaza:

            Ésta, tiene nueve baluartes, otros tanto revellines, foso ancho, contraescarpa de poca altura, camino cubierto con tan solo dos plazas de armas, parapeto y glacis demasiado inclinados, también refiere que los parapetos son irregulares, banquetas y terraplenes cortos, los baluartes son vacíos y el “caballero” debería concluirse. Los revellines  están descuidados y el Fuerte de San Juan es reducido y mal construido por lo que también está arruinado.
           
        Una vez más, las reformas no llegan por falta de fondos económicos.

        Los planos de la fortificación de los años siguientes reflejan la fragilidad de la fortificación: los baluartes de San Pedro y San Blas presentan el peor estado.
        El baluarte de S. Pedro tenía una brecha en su ángulo de espalda derecho. El General  Soult en 1811, durante la Guerra de Independencia, aprovecha esta situación y elige este punto para  su ataque a Olivenza. 



Plan de Sitio de Olivenza. Año 1811


           Después de la guerra Olivenza pierde su importancia estratégica y por tanto la fortificación pierde la función que mantuvo durante años.

        El problema ahora era resolver si se reedificaban adaptándola a los nuevos avances en la artillería o bien se destruían.

            En 1851 la fortificación estaba prácticamente completa.





Mapa de 1851


         En el mapa de la fecha se ven al norte las huertas de la Corna, la fuente con un jardín, precedida por su baluarte y el de Santa  Quiteria. 

       Al este, la Puerta Nueva con el cuerpo de guardia, el Baluarte de la Carrera con el Cuartel de Caballería en su gola y el Baluarte de San Blas con su ermita arruinada. 

          Al sur, con los baluartes de San Francisco y de la Cortadura a los lados, la Puerta del Pilar, su fuente y el lavadero. 
      
         Al oeste los baluartes de San Pedro, de la Cava o Reina Gobernadora y la Puerta del Calvario al Noroeste, con el cuerpo de guardia y  el Baluarte de San Juan de Dios que albergaba el Hospital Militar con la reseña “exconvento”.

        En el mapa también se reflejan los 7 revellines en todas las cortinas excepto las de San Pedro y la de la Cava, que poseen 2 plazas de armas en su camino cubierto.

         El camino cubierto está completo y el Fuerte de San Juan no queda bien reflejado en el mapa, tan solo, menciona la "Luneta".
     
             A mediados de siglo y hasta 1859, la posición de las autoridades respecto de las fortificaciones era ambigua, pues al mismo tiempo que solicitaban la eliminación de los impuestos extraordinarios a la población, destinados a la fortificación, se aprovechaban de los fondos que percibieran en concepto de conservación de la muralla y multaban la ocupación de los terrenos y elementos de la misma.

        A partir de 1859 ya se permite construir edificios libremente en el recinto abaluartado, así como, consentir la demolición de las murallas.

        En 1869 el Ministerio de la Guerra cede oficialmente la fortificación de Olivenza.

        El Fuerte de San Francisco pasa a manos privadas, los terrenos de las murallas, fosos y glacis a una Sociedad y las pequeñas parcelas colindantes aumentaba cada más de tamaño.


         Estas fechas marcan el inicio del abandono de la fortificación, con una ruina progresiva debida al olvido, las inclemencias del tiempo  y la destrucción voluntaria que se hará más patente en el siglo XX.

            En el siglo XX, se inician los derribos de la fortificación abaluartada.

       En 1905 se derriba la Puerta Nueva para abrir el  barrio de Santa Engracia hacia carretera de Badajoz.

        Posteriormente se abre la calle de San Pedro destruyéndose el  Baluarte de San Pedro y la Cortina de la Cortadura.

        Por otra parte se extienden las construcciones por glacis y revellines, principalmente por el sur de la ciudad.

         El plan de Urbanización de 1968 crea 3 zonas:

ü  ZONA HISTORICA ARTISTICA: Todo el perímetro interior de la fortificación abaluartada.

ü  ZONA DE RESPETO O VERDE: zona ampliada de la anterior, Los exteriores de los baluartes de la zona este.

ü  ZONA AGRÍCOLA DE PROTECCIÓN: Resto de zonas colindantes con las murallas.

        El respeto a esas zonas en años siguientes es otro cantar, merece un estudio más detenido y de entendidos, supongo.

miércoles, 3 de febrero de 2016

El BALUARTE DESAPARECIDO DE BADAJOZ


        El Baluarte de San Juan era uno de los ocho baluartes que  constituían la fortificación de Badajoz. A su izquierda se encontraba el baluarte de San Roque (actualmente está el Palacio de Congresos) y a su derecha el de Santiago (Memoria de Menacho). En su interior se ubicaba el cuartel de la Bomba.



     Fotografía de 1914 : 
                            1.- Baluarte de San Juan  y Cuartel de la Bomba. 
                                        2.- Baluarte de Santiago (Menacho)
                                          3.- Brecha de los Franceses. 
                        4.- Cuartel de Ingenieros ( aledaños de la torre de Simago).
5.-Parque de la Viudas.   
    6.- Paseo de San Francisco.
  

            En 1914 el recinto amurallado se encontraba prácticamente intacto, tal y como puede apreciarse en la siguientes fotografías.


Baluartes de San Pedro (arriba junto al Campillo), Trinidad (en el medio)
y Santa María (los Pinos) abajo .




Baluarte de San Roque



Puerta del Pilar y revellín.

Fuerte de Pardaleras.(Fotografía desde un globo en 1914) 

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Baluartes de Santiago (Menacho) y  de San José (Policía Nacional)





Revellín de San José (espacio por donde transcurrirá la Avda. de Colón)


Revellín de San Vicente (Parque Infantil- Auditorio) y baluarte de San Vicente (IES Castelar).
Tramo desde el baluarte de San Vicente hasta el Semibaluarte de la Puerta de Palmas.

Tramo desde  la Puerta de Palmas a la Batería de Pelambres, junto a la Puerta Nueva.


  Veinte años después en 1935 la fortificación continuaba casi intacta como puede apreciarse en las siguientes fotografías.


Baluarte de San Pedro, el Campillo.

A la izquierda, Puerta de  la Trinidad.

Baluarte de Santa María, Los Pinos.



Baluarte de San Roque, Plaza de Toros.


Baluarte de San Juan, Cuartel de la Bomba, a la derecha Avenida de Huelva en sus inicios.


Baluarte de Santiago, (Menacho) todavía no se había iniciado
                la Avenida de Colón, permanece el revellín a su derecha.

Baluarte de San José,
               Avenida de Santa María arriba. Aún no estaba el Edificio de la Policía. 

Baluarte de San Vicente.
          Aún no se había construido la Escuela de Artesanos, hoy IES de Castelar.

Puerta y Semibaluarte de Palmas .

Cortina de la muralla hasta la Batería de Pelambres, abajo.


Restos de la Puerta Nueva arriba, Ermita de Pajaritos
Todo continuaba prácticamente igual que en 1914, salvo que durante esos años se materializó un proyecto de 1892 que consistía en abrir las brechas en las dos cortinas de los baluartes de San Juan, Menacho y San José (Policía Nacional) para la expansión de la ciudad, mediante las avenidas de Huelva y de Colón.


Avenida de Huelva, al final la unión entre la Avda. Santa Marina y calle Enrique Segura Otaño.



En los años 30 el arquitecto municipal Rodolfo Martínez realizó un proyecto de Ensanche y Reforma interior de Badajoz que preveía una circunvalación de toda la ciudad, evitando de este modo, la destrucción de la muralla abaluartada.

El cinturón partiría en la zona sur desde un segundo puente (aproximadamente donde está el de la Universidad), transcurriría por la Avenida de Santa Marina con las conexiones con la avenida de Colón y de Huelva y enlazaría con la calle Enrique Segura Otaño, rodearía por tanto, el baluarte de San Juan, y continuando por  Pardaleras hasta San Roque. 

Es precisamente en esta zona, donde a pesar de que se pretendía respetar el recinto abaluartado, se abre por el contrario, una brecha en el mismo Baluarte de la Trinidad, concretamente en la cara izquierda del mismo con el fin de conectar el barrio de San Roque con el centro de Badajoz a través de la Ronda del Pilar .

                                







El proyecto del arquitecto Rodolfo Martínez finalmente no fue aprobado y aunque durante la guerra, las murallas fueron dañadas, especialmente el baluarte de San Juan, en los años 40  permanecen casi completas y en buen estado.

En la foto de abajo de 1950, se puede observar que ya existen construcciones en la avenida de Huelva  a la izquierda de la foto se mantiene el cuartel de la Bomba en el interior del baluarte.



En la década de los 60 surge la polémica. En 1962 se entrega al Ayuntamiento el Cuartel de la Bomba. A partir de esa fecha se inicia una batalla entre la conservación del patrimonio y  la posibilidad de comunicar mediante una vía recta el casco histórico con el ensanche. 

Esta vía partiría desde la plaza de Minayo por la calle Pedro de Valdivia, atravesaría el baluarte por el medio, y conectaría con la carretera de Valverde a través de la Avda. de Europa y Fernando Calzadilla.

Durante esos años se empiezan a construir los aledaños del baluarte.




Y finalmente en 1964 se opta por el derribo del mismo para la construcción de la avenida de Europa.



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La mayoría de las fortificaciones abaluartadas de las grandes ciudades se fueron demoliendo a medida que iban creciendo (Barcelona, Pamplona etc), en Badajoz por el contrario se mantienen los ocho baluartes de los nueve que había y la mayoría de las cortinas que lo unen permanecen en pie.

 Las brechas en las cortinas que unían los baluartes para las avenidas de Huelva o de Colón, para la calle Rivillas o para el acceso a San Roque pueden tener algún sentido ya que la expansión de Badajoz era inevitable y las comunicaciones había que facilitarlas.

 Pero derruir el cuartel de la Bomba y el baluarte al completo, para facilitar el acceso desde el centro, a la avenida de Fernando Calzadilla y al Cuartel de Menacho, parece que obedecía mas a un pelotazo urbanístico que a una necesidad urbanística.





lunes, 1 de febrero de 2016

Hola a todos

Hola , con este blog, pretendo hacer llegar a todos mi pasión por las fortificaciones abaluartadas, las fotografías y los estudios que se han realizado sobre ellas, principalmente al oeste de Extremadura, y como no sus gemelas las portuguesas.